Miles de personas se han manifestado este sábado en Berlín por lo que denominan ya la locura de los precios de los alquileres. Entre sus exigencias está prohibir a los grandes propietarios que operen en las ciudades y convertir los pisos expropiados en viviendas sociales.

Los manifestantes, que han protestado contra el continuo aumento de los alquileres y contra la concentración de la propiedad de las viviendas de la ciudad en manos de grandes propietarios, han propuesto que el Ayuntamiento recupere la propiedad de las casas de quienes acumulen más de 3.000 viviendas, para que esa cifra sea el máximo legal.

Portando un tiburón gigante, han coreado lemas contra los tiburones inmobiliarios y a favor del derecho a la vivienda, frente a los desahucios y el “Mietenwahnsinn”, la locura de los precios de los alquileres.

Recogida de firmas para expropiar a las inmobiliarias

También ha habido protestas en otras ciudades como Múnich, Colonia, Leipzig y Frankfurt. En la capital alemana se está además recogiendo firmas para una petición sobre un referéndum para expropiar a las inmobiliarias y exige que las empresas con más de 3.000 viviendas puedan ser expropiadas para lograr un beneficio público.


El Senado del estado de Berlín estima que comprar estos pisos privados, unos 200.000, costaría a la ciudad-estado más de 30.000 millones de euros y se trata de una administarción ya profundamente endeudada. Las encuestas apuntan a que si se vota, la propuesta podría salir adelante.

A nivel político, los principales partidos han reaccionado a estas protestas en un abanico que va desde los liberales del FDP, cuyo líder, Christian Lindner, ha reprochado a los convocantes que se aprovechen de la situación para defender «un experimento socialista fracasado». Desde Los Verdes, su portavoz parlamentaria, Katrin Goering-Eckardt, ha advertido de que el problema de la subida de los alquileres es «un barril de pólvora social».


El líder de los socialdemócratas, Andrea Nahles, ha argumentado en declaraciones al ‘Bild am Sonntag’ que «entiende la rabia contra las inmobiliarias que quieren exprimir hasta el último céntimo a los inquilinos, pero la expropiación puede tardar años y no crea ni un solo apartamento».


Aproximadamente el 85 por ciento de los berlineses viven de alquiler. Sin embargo, en la última década llegaban a la ciudad unas 40.000 personas al año y desde 2008 se han duplicado los alquileres.