Las gentes del pueblo segoviano de Trescasas tienen mucha suerte de contar con una profesional como Eva María Reguera, licenciada en farmacia, master en dietética y dietoterapia, diplomada en homeopatía y especialista en aceites esenciales y fitoterapia. Desde que abrió las puertas de su Oficina de Farmacia, hace ya más de 25 años, no ha dejado ni un solo día de “crear un cálido espacio de salud que ofreciera servicio y ayuda a todos los habitantes del municipio”. En esta entrevista comparte sus reflexiones sobre la pandemia, su labor farmacéutica en un entorno rural o los acelerados cambios tecnológicos a los que asistimos. Sus palabras, como su quehacer diario, están llenos de generosidad. “Cuando entra alguien por la puerta, no entra una persona a comprar, para mí entra una persona que viene buscando salud”, afirma. Salud entendida como define la OMS: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad”. 

FemeninoRural.- ¿Qué ha supuesto para ti, como farmacéutica rural, la pandemia que estamos viviendo?

Eva Mª Reguera.- Ha sido una situación dura, inesperada, aunque nunca imposible. Yo la conocía por la teoría, la pandemia, pero nunca pensé que lo iba a llevar a la práctica. Lo he pensado muchas veces. Nunca pensé que lo iba a vivir. Ha sido una situación muy compleja, pero a la vez para mí ha supuesto un aprendizaje, una puesta en práctica de cosas que muchas veces obviamos, pero que realmente pueden existir. Y que no hay que preocuparse por todo, pero sí saber que hay cosas que hay que cuidar. 

Desde el inicio de la pandemia, las farmacias hemos ido adaptándonos a las circunstancias para poder ofrecer al público los servicios y productos necesarios. Sin embargo, no siempre se podían dar dichos productos y alguna vez se daban situaciones poco gratas por falta de material, faltaban mascarillas, geles hidroalcohólicos, etc. La gente, en general, muy contenta de poder tener un sitio donde encontrarlo, pero cuando no lo tenías, había quien no lo entendía. 

Yo me he sentido como una primera línea de contacto con el ciudadano y con el paciente. Con el ciudadano, que no estaba enfermo, pero quería prevenir, y con el ciudadano que estaba preocupado por su salud y no podía acceder a otros lugares sanitarios, y entonces acudía a las farmacias. Sobre todo en el medio rural, que quizás no podían salir del pueblo, no debían, era difícil y te consultaban. Me he sentido útil, me he sentido conectada con la gente y dando un servicio interesante en la pandemia. De hecho, ha sido aclarar dudas, tranquilizar muchas veces, dar consejos de cómo tenían que proceder, porque había mucha desinformación. En una farmacia que no es rural, hay más farmacias, hay más compañeros que te arropan. En la farmacia rural eres tú con la gente. Es una sensación de mucha responsabilidad, pero muy satisfactoria. 

«Cuando entra alguien por la puerta no entra un cliente, no entra una persona a comprar, para mí entra una persona que viene buscando salud»

F.R.- También porque tú eres muy vocacional ¿no?

Fotografía: Carlos Puerto

E.R.- Sí, eso es. Yo siempre digo, cuando entra alguien por la puerta no entra un cliente, no entra una persona a comprar, para mí entra una persona que viene buscando salud. Entonces tú haces de filtro, tú le aconsejas si debe ir al médico, en buscar una solución a su problema. Para mí es eso, es la asistencia como farmacéutica a ese paciente. 

F.R.- Ha habido momentos en que los consultorios médicos estaban cerrados y a la gente le daba miedo ir al médico y no era fácil, entonces, la gente acudía a las farmacias

E.R.- Sí, hemos tenido muchas consultas presenciales, muchas llamadas telefónicas, consultas de qué hago, qué puedo tomar para esto, el consultorio está cerrado, no me cogen el teléfono… Todo estaba saturado y nosotros podíamos darles ese apoyo. 

F.R.- ¿Qué apoyo os gustaría recibir las farmacias después de todo este sobreesfuerzo tan enorme que habéis hecho en esta crisis sanitaria? 

E.R.- A mí me gustaría que hubiera más relación de la Oficina de Farmacia con todo el sistema sanitario. A pesar de que la farmacia es un centro privado, creo que sería muy interesante que tuviera más conexión con el sistema, a favor del paciente. En la Oficina de Farmacia vemos muchas cosas, observamos la evolución del paciente, de su estilo de vida, de sus enfermedades, información que de algún modo estaría bien que llegase a los servicios médicos para que lo valorasen, siendo muy positiva, en mi opinión, una comunicación fluida con los demás profesionales sanitarios. Los farmacéuticos estamos dispuestos y muy implicados para colaborar. 

Aparte, he echado de menos que, de alguna forma, la burocracia se aligerara. En esos momentos tan densos, que la burocracia hubiera sido rebajada. Pero bueno, había que seguir con el mismo nivel de exigencia y además poniendo toda la energía en la gestión de la pandemia. 

F.R.- ¿Cómo ves la situación de la COVID-19 en este momento y de cara al futuro?

E.R.- Yo creo que el que ha querido aprender algo, lo ha aprendido. En la Oficina de Farmacia, hemos hecho lo que hacíamos siempre y seguiremos en la misma línea. En relajar las medidas en la Oficina de Farmacia, personalmente tardaré. Considero que es positivo que nosotros mantengamos esas medidas de control, aunque en la calle luego haya menos. Pero hasta que todo esté más claro, mejor seguir con las medidas de precaución sanitarias y esperar y seguir aconsejando lo que sea oportuno. 

«Me he sentido útil, pero uno más. Uno más sumando al montoncito de arena«

F.R.- El 16 de abril de 2021, en plena crisis del coronavirus, esta farmacia cumplió 25 años

E.R.- Me parece mentira y una plena satisfacción cumplir estas bodas de plata y en este pueblo que a mí me ha acogido con muchísimo cariño. Cumplir 25 años en plena pandemia me parece que le ha dado intensidad y profundidad a esta celebración, ya que ha sido una etapa de entrega profesional intensa, una etapa para reflexionar. Quién me iba a decir a mí que a los 25 años de abrir íbamos a estar en esta situación sanitaria. Me he sentido útil, pero uno más. Uno más sumando al montoncito de arena, que ya es bastante. Me ha gustado mucho la sensación de estar ahí. 

F.R.- Con este motivo del 25º aniversario, has sacado a la luz una hoja informativa titulada ‘La botica de Trescasas’, en la que compartes “contenidos de salud desde un punto de vista científico, riguroso y práctico, con el objetivo de intentar solventar las inquietudes que, sobre estos temas, pudieran surgir”

E.R.- Se me ocurrió hace tiempo y me pareció que con motivo de los 25 años podría ser una bonita fecha para iniciarlo. Es una de las herramientas que me parece interesante para llegar más a la gente. Sacar la información al público. Que la farmacia sea un punto donde puedan encontrar una información extra. No solo preguntándola. Mi idea es seguir haciéndolo y ampliándolo. Y si la gente me comenta inquietudes, también incorporarlo. 

F.R.- ¿Cómo ha sido la respuesta de la gente?

E.R.- En general a todo el mundo le gusta. La gente es muy agradecida. Si me llevo algo de este pueblo, desde el principio -los inicios fueron duros-, es mucho cariño. Me acuerdo mucho de la gente mayor, que muchos de ellos ya no están, porque me recibieron con muchísimo afecto, con implicación, y luego, poco a poco, se han ido sucediendo generaciones. Yo me siento acogida y muy satisfecha en ese sentido. Todo lo que voy haciendo tiene buena aceptación. 

F.R.- ¿Qué acogida tienen las fórmulas magistrales que elaboras?

E.R.- Las fórmulas magistrales son las que vienen bajo prescripción médica. En mi caso, además, hago preparados cosméticos, como cremas de manos, polvos pédicos… También preparaciones oficinales personalizadas, para una necesidad concreta y puntual para dolores musculares o para eccemas, granitos, a nivel cosmético… En general, gustan mucho estas preparaciones.

«Me gusta extender el abanico. No cerrarnos ni en lo natural, ni en lo sintético, porque todo está al servicio de la salud»

FR.- Una de las cosas que te caracterizan como profesional es tu especialización en farmacia natural

E.R.- La fitoterapia y otras terapias naturales a mí me han gustado mucho desde siempre. Siempre he concebido la carrera de farmacia como la carrera de los remedios y la investigación. Más idílicamente como era antaño, con el boticario, con sus plantitas, sus remedios minerales o vegetales, todo tipo de remedios permitidos en su botica antigua. Eso hoy en día es imposible, porque hay mucha regulación de producto. Dentro de la legislación, yo siempre he enfocado lo más que he podido los remedios a que sean naturales. Me parece que es acercarnos más a la naturaleza, al origen. Mi idea es no acotar, sino que lo interesante es utilizar todos los remedios disponibles. Los de síntesis más los naturales. Todo. Me gusta extender el abanico. No cerrarnos ni en lo natural, ni en lo sintético, porque todo está al servicio de la salud. En cada momento utilizar lo que más convenga. Lo que viene por prescripción médica, eso es sagrado. Pero a veces se puede complementar o aconsejar en el plano dietético, que también es una forma de medicina, el consejo nutricional. En las patologías leves, las intervenciones de mostrador, que son las nuestras, me gusta siempre recurrir a todo el abanico, centrándome siempre más, primero, en lo natural. Para ello, siempre he estado haciendo formaciones de este tipo.

«En el pueblo tienen muchísima sabiduría popular de plantas. Y de hecho hay mucha gente que las recolecta«

F.R.- ¿Algún caso que te gustaría destacar?

E.R.- Aquí, en el pueblo tienen muchísima sabiduría popular de plantas. Y de hecho hay mucha gente que las recolecta. Algunas personas se sorprenden de que en la farmacia haya plantas. Sin embargo, es lo más lógico. La primera farmacopea eran recopilaciones de productos vegetales.

Hay cosas muy leves, como las indigestiones, o cosas que todo el mundo conoce, como tomarte una manzanilla con menta o anís y te remedia. 

Muchos casos espectaculares me los han dado los aceites esenciales, los probióticos, la fitoterapia y la homeopatía. Por poner un ejemplo, el aceite esencial de orégano con estudios para controlar  el helicobacter pylori y muy útil en afecciones bucodentales o infecciones de garganta. 

Por contar algunos casos, podría contar el de una señora, tratada con un medicamento para tratar el reflujo producido por la hernia de hiato, se lo tuvieron que suspender por una insuficiencia renal aguda (no provocada por el medicamento, pero retirado por poder empeorarle la insuficiencia aguda). Al cabo de unos meses, al referir síntomas, le volvieron a pautar otro fármaco, pero le dio miedo tomar por su situación. Lleva 5 años tratándose con un medicamento “natural”, con acción digestiva y no ha vuelto a tener síntomas. 

Otro caso es el de un señor que entró con una sonrisa de oreja a oreja. Estaba bastante preocupado por un tema digestivo, porque no se le solucionaba. Estaba con un tratamiento convencional y venía pidiendo consejo. Estuvo tomando un par de cosas, una de medicina biorreguladora, que busca el equilibrio orgánico y un probiótico. La probioticoterapia está sorprendiéndome gratamente mucho también. Y efectivamente, vino encantado, volviendo a querer el producto y diciendo que le ha cambiado la vida. Es gratificante, porque le hemos complementado, no le hemos quitado nada. Nosotros no podemos quitar nada que esté prescrito. Pero sí le hemos complementado con esto. Entonces yo diría que no es que la medicina natural te sorprenda o no, sino que es parte del abanico terapéutico y, junto con un consejo personalizado para ver las necesidades de cada uno, puede llegar a ser muy útil complementando y ayudando a equilibrar los recursos naturales. 

F.R.- ¿Se nota en las farmacias un aumento de las enfermedades mentales a raíz de la crisis sanitaria?

E.R.- Sí que se nota un aumento de los problemas mentales a nivel psicológico, por el miedo, por la inseguridad. Y también a nivel psiquiátrico, las personas que estaban en tratamiento, se ha pronunciado. A todos, un golpe así nos desestabiliza. Entonces, depende de cómo estés previamente o de la fortaleza emocional que tú tengas. Ya venía aumentando, de todas formas, antes de la pandemia. A mí me gusta mucho hablar con la gente, porque muchas veces, hablando, nos sentimos mejor. Yo veo que hay mucha falta de hablar. Es uno de mis consejos: Hay que comunicarse más, mostrar más los sentimientos a quien la gente considere: a sus familiares, a sus amigos…; trabajar mucho la fortaleza emocional, para que cuando venga un tsunami así no te tire al suelo; y, si hace falta, buscar ayuda profesional, por supuesto. Yo eso lo veo importantísimo. 

F.R. ¿Y se ha notado el efecto en los niños?

E.R.- Yo en la farmacia no puedo decir que haya observado nada. De hecho, yo pienso que los niños se adaptan muy bien a los cambios, más que los adultos, pero es una opinión personal. Es pronto de todas maneras. Habrá que ver a la larga. 

F.R.- ¿Qué opinas de que plataformas como Amazon vendan productos farmacéuticos?

E.R.- La venta de parafarmacia es muy muy baja porque hay mucha competencia de grandes empresas fuera del sector. Yo lo único que recomendaría es que la gente comprase los productos de salud en la farmacia que fuese, pero en canal oficial. Cuidado con Internet. Fuera del canal farmacia, yo no compraría productos para la salud. Las farmacias garantizan la trazabilidad del producto. Y eso es muy importante. La calidad de los productos farmacéuticos es salud. 

«He llegado a regalar mascarillas cuando veía que alguien no la llevaba, como un servicio público. Pero no lo considero una pérdida, lo considero una colaboración con el ciudadano»

F.R.- ¿Cómo os ha afectado a las farmacias la gestión de la pandemia? Da la sensación de que se ha ayudado demasiado a las grandes farmacéuticas y poco a las farmacias

E.R.- Lo que más estrés nos ha supuesto han sido los momentos en los que había necesidad de suministrar productos a la gente que le daban seguridad y que eran necesarios y nos faltaban porque no había suministro. No siempre, pero ha habido momentos duros en ese sentido. Por ejemplo, los geles hidroalcohólicos de manos, al principio de la pandemia, que no había manera de conseguir. Yo me puse a formularlos durante un breve tiempo, para dar servicio. 

Destaco más la falta de material en momentos puntuales. Perder económicamente en algunos casos, también se ha perdido, porque he llegado a regalar mascarillas cuando veía que alguien no la llevaba, como un servicio público. Pero no lo considero una pérdida, lo considero una colaboración con el ciudadano. Lo que hemos podido perder en momentos determinados lo considero una colaboración. 

Recientemente, con la bajada de precios de los tests, hubo unos días (hasta que se acabaron las existencias) que se perdió dinero porque los precios fijados eran menores que el precio de coste, pero las distribuidoras se movieron rápido para conseguir mejorar el precio y ha sido llevadero. 

Otro punto es que, como autónomos que somos, tenemos las desventajas de los autónomos: si te pones enferma es complicado, te tienes que cuidar muchísimo. No ha habido ayudas extraordinarias. Pero claro, teniendo en cuenta que es un negocio privado, todos los autónomos pueden sentirse igual. En ese sentido, no me gusta quejarme, porque somos un autónomo más. 

F.R.- También te caracteriza tu formación permanente ¿Qué ventajas y riesgos ves a nivel farmacia de la aceleración tecnológica que estamos viviendo?

E.R.- La explosión tecnológica, a nivel general y a nivel particular, evidentemente ha supuesto un avance, un antes y un después en todo. En la salud, es indudable. Se realizan operaciones que antes eran mucho más invasivas. Ha supuesto una gran mejora para el paciente. A nivel de gestión también ha agilizado mucho. En la farmacia, que exista la receta electrónica es importantísimo, porque vacía un poco las consultas, quita presión a los centros de salud, lo que es importante, para que puedan dedicarse más a la consulta en sí misma, y a nosotros nos facilita la gestión. 

El problema está cuando la tecnología falla. Si en un momento dado la conexión no va bien, o se ha caído el sistema, que de vez en cuando ocurre, esos días son más caóticos. Cuando falla, depender de las máquinas, de la telefonía, de las redes, es complicado. Lo bueno es que con las tecnologías llegas donde antes quizás no llegabas. 

«Sé de compañeros que están en farmacias rurales de pueblos retirados de alguna capital, o donde no llegan bien las señales de Internet, y la verdad es que lo pasan mal«

F.R.- Tenemos la suerte de vivir en un entorno rural maravilloso que disfruta de Internet de alta velocidad, lo que no tienen muchos pueblos de la España despoblada. Algo que sufre especialmente la gente mayor. Cuando la tecnología no está bien repartida, se abre una brecha muy grande ¿no te parece?

E.R.- Sí, sé de compañeros que están en farmacias rurales de pueblos retirados de alguna capital, o donde no llegan bien las señales de Internet, y la verdad es que lo pasan mal. No pueden dar el mismo servicio. O tienen que invertir, porque esa es otra: Nosotros tenemos que invertir en la receta electrónica. Todas estas tecnologías nuevas nos han supuesto un coste extra al bolsillo de las farmacias. Entonces, en los pueblos más desfavorecidos, con poca población, lo tienen más difícil. De hecho, ha habido algún cierre. No sé si por eso o por otros motivos. 

F.R.- Por último ¿Qué pros y contras tiene, en tu opinión, sacar adelante una farmacia rural?

E.R.- Depende del municipio. En mi caso, entre los pros está que la calidad de vida es maravillosa. También el contacto más cercano con la gente. Al final es una gran familia, lo cual te favorece a la hora de conocer su estado general de salud y poder colaborar y darle consejos. La atención farmacéutica es más cercana. Eso es muy gratificante. También estás tú sola. Eso es un pro, porque no tienes competencia y eres la referencia, eso también es muy bonito.

Como contra, la viabilidad económica de la farmacia siempre es más comprometida. Mis inicios fueron muy complicados, al existir poca población en esos momentos. No existían ayudas. También es difícil gestionar las existencias, porque en las farmacias rurales, la rotación de los productos es menor, hay que tener varias marcas para un mismo principio activo, hay algunos que son dispensados solo a una persona, por lo que a veces se queda en la farmacia hasta su caducidad. 

También son difíciles los horarios, porque quieres abarcar todo el horario posible para tener atendida a la población y es para ti solo. Tienes que estar todo el día dispuesto de alguna forma, aunque también tiene su lado positivo. 

La farmacia rural, como empresa, exige mucho tiempo para dedicarle a temas administrativos, tiempo que nos gustaría dedicar a las necesidades del paciente / cliente y a la mejora de la atención farmacéutica. Al ser una empresa pequeña, es poco viable contratar otros empleados para realizar estas actividades. 

Correo electrónico de la Farmacia Lda. Eva María Reguera Burgueño: farmaciaemrb@gmail.com

WhatsApp: 624618345