El cambio climático y el abandono rural están detrás del incremento de los incendios de sexta generación. La combinación de estos dos elementos hacen de España uno de los países más vulnerables frente a la amenaza de estos superincendios. Es la advertencia de la ONG World Wildflife Fund (WWF) a raíz del fuego que ha asolado la provincia de Ávila este mes de agosto, que con más de 20.000 hectáreas arrasadas, es el peor en lo que va de año en España y el cuarto más grave desde que hay registros. Para sofocar esta amenaza, WWF plantea en su informe ‘Paisajes cortafuegos’ prevención y usos tradicionales del suelo. Al igual que colectivos del Valle del Tiétar, que exigen el fin de la política del negocio de los incendios.

Para la organización conservacionista, lo ocurrido en los últimos días en la provincia de Ávila es un aviso y una evidencia de la amenaza que suponen los grandes incendios cada vez más frecuentes, de mayor gravedad y que desafían todos los dispositivos de extinción.

Al cambio climático, señala WWF, se añaden causas estructurales arrastradas tras décadas de abandono en el medio rural, tal y como indica el informe Paisajes cortafuegos de esta organización.

«Los incendios se han convertido en una emergencia social. Desde WWF consideramos que se debe apostar más en prevención y evolucionar de un modelo centrado en altas inversiones para avanzados dispositivos de extinción -que ignora los efectos del calentamiento global y la acumulación de combustibles-, a otro modelo que apueste por promover paisajes resilientes, vivos, rentables y mucho menos inflamables», afirma Gustavo Colmena, técnico en restauración forestal de WWF.

Para evitar oleadas dramáticas de incendios, la organización insta a las administraciones a actuar de forma urgente para prevenirlos, recuperando paisajes cortafuegos, apostando por la ganadería extensiva y la gestión forestal.

Colectivos del Valle del Tiétar exigen el fin de la política del negocio de los incendios

En la misma línea, cerca de una veintena de colectivos del Valle del Tiétar ha hecho público un comunicado en el que demanda a los políticos que “actúen a la altura de las nuevas circunstancias de cambio climático y abandono rural”. Asimismo, exigen “que se cambie esta política del negocio de los incendios y que las administraciones locales, provinciales y autonómicas se coordinen, aúnen esfuerzos, pongan más medios para prevenir los desastres medioambientales que se nos avecinan y cuenten con la ciudadanía en las tomas de decisiones”.

Precisamente, la magnitud del incendio de Ávila ha sido proporcional a la solidaridad que ha prendido, con multitud de ofrecimientos de ayuda a personas y animales afectados tanto desde las zonas más cercanas como a través de las redes sociales. “Las políticas forestales no deben ser a 4 años vista de mandato político. Invertir a más tiempo es invertir en el futuro de nuestros pueblos y de nuestra descendencia”, claman los colectivos del Valle del Tiétar, que proponen una batería de medidas para evitar desastres como el ocurrido.

“Planes de prevención, simulacros, formación, fajas perimetrales y líneas de control entre otros, deberían ser una prioridad. (…) Especies de árboles más adaptadas al agua, como robles y castaños cambiarían nuestro paisaje y nuestro futuro. La recuperación de los trabajos ancestrales, restando, corcha, etc. daría vida y trabajo a nuestros pueblos. Las entresacas de árboles deberían dejar las zonas tratadas desprovistas de restos de corta (modelos doce y trece) retirándolos ara biomasa, ya que dejarlo en el monte nos lleva al peor escenario posible para los servicios de extinción”, enumeran. Y concluyen: “No se trata de si es viable económicamente, esto no les dará beneficios, los beneficios son para el pueblo, para quienes habitamos estas maravillosas montañas y este fértil valle”.

Imagen destacada: Incendio de Navalacruz (Ávila) Agosto de 2021. Vista en WWF