“Dependemos menos de las distorsiones globales, pero la ganadería extensiva está injustamente tratada”. Una sola frase de Carmen Bendala muestra los pros y los contras de la actividad de muchas de las Ganaderas en Red (GER), grupo al que pertenece. En esta entrevista, Carmen habla de las luces de su proyecto, Riscos Altos, una finca ecológica muy completa en Cazalla de la Sierra (Sevilla); pero también de los problemas, como la falta de agua y de acceso a Internet de calidad, o el insuficiente apoyo por parte de las administraciones públicas. Como otras entrevistadas por FemeninoRural, también practica la venta directa y nos cuenta su experiencia.
La finca ecológica Riscos Altos, enclavada en una zona natural privilegiada, la Sierra Morena de Sevilla, ofrece mucho más que un alojamiento rural: Ofrece ver, aprender y participar de sus animales (cerdos ibéricos, ovejas merinas, cabras floridas, gallinas, conejos, burros…), de sus talleres y jornadas (micológicas, de vendimia, de lácteos, de elaboración de pasta fresca, de conservas vegetales, de la tradición de la matanza etc.).
Un proyecto extensivo, circular y holístico
El proyecto de Carmen es extensivo, circular y holístico. “Tenemos una dehesa de 60 hectáreas con ganado tradicional de aquí: cerdo ibérico, ovejas y cabras. Vendemos carne de cerdo, oveja (cordero), y chivito, sobre todo cerdo ibérico, cien por cien ibérico. Nuestro modelo son productos de calidad total, ibéricos y ecológicos. Mejores no es posible. También hacemos venta directa de yogures, conservas… y diferentes talleres. Es una explotación bastante variada, que abarca el ciclo completo. Somos turismo rural, ganadería, alimentación, elaboración de productos, etc. Y estamos siempre muy relacionados con gente interesada en en temas de alimentación y elaboración de productos ecológicos”, explica.
En esta finca se realizan múltiples actividades, todas ellas relacionadas con la ganadería y la conservación de la naturaleza. “Estamos en un entorno ecológico, extensivo y parque natural. Lo que hacemos es poner en valor los aprovechamientos de recursos, cómo conservamos el entorno y reciclamos todo. Tenemos una zona de olivar recuperado para dehesa, con una almazara pequeña con un molino y una prensa. Recogemos con la gente las aceitunas, las molemos, hacemos aceite y todo lo que sacamos, se lo llevamos para que se lo coman los animales. Estos pasan por las distintas zonas de la finca. Los cerdos están en la montanera, los pequeños en el olivar y aprovechan la aceituna que cae. Lo mismo cuando hacemos la vendimia. Tenemos una viña chiquitita. Y se puede ver cómo se hace, cómo se abona con el compost, el resto de la vendimia. También mostramos cómo hacer queso, cómo ordeñamos y damos el suero a los lechones. Somos de economía muy circular”, relata Carmen.
“Vivimos regular sin Internet. Por ejemplo, las certificadoras no tienen Internet para la PDA. Aquí no podemos usar banca digital. No podemos hacer reuniones por Zoom. Tenemos muchas dificultades. Es algo que reivindicamos mucho”
Carmen Bendala
Riscos Altos dispone de una tienda virtual, pero no abierta, sino solo “para los que ya son consumidores nuestros. No tenemos mucha producción. Tenemos un número suficiente de personas que nos compran y lo ampliamos a medida que otras lo dejan”.
Al abordar la cuestión de la digitalización, Carmen Bendala cuenta cómo se las apañan para trabajar con poca cobertura de Internet: “Aquí Internet es de satélite. No tenemos cobertura estable. Hemos funcionado más enviando cada mes la lista de nuestros productos a través de WhatsApp o email que a través de otros sistemas. Hemos tenido que ser muy artesanales, porque no lo teníamos fácil. Vivimos regular sin Internet. Por ejemplo, las certificadoras no tienen Internet para la PDA. Aquí no podemos usar banca digital. No podemos hacer reuniones por Zoom. Tenemos muchas dificultades. Es algo que reivindicamos mucho”, reclama.
Y a pesar de ello, Carmen no renuncia a hacer uso de un manejo holístico integral de su finca. “Para eso las nuevas tecnologías pueden ayudar, con elementos como las cercas virtuales. Puedes hacer un poco de pastoreo con ello”.
“Siempre habrá agricultura intensiva, macrogranjas…, pero en estos sitios de sierra, con un medio natural más interesante, en la medida en que nos modernizamos con las nuevas tecnologías y vendemos cercano y muy directamente, dependemos mucho menos de todas esas movidas tan complejas”
Carmen Bendala
Preguntada por los pros y los contras de la ganadería extensiva y la venta directa, Carmen responde, consciente de que se trata de algo muy subjetivo. Entre los pros menciona que “tú conoces a tus compradores y es muy gratificante, porque tienes una relación grande con tus animales y los sacrificas para producir unos alimentos muy buenos que sabes quién los recibe y que los aprecia”. Al mismo tiempo, esa relación también “supone un esfuerzo muy grande. Es un esfuerzo llevarles la producción con la furgoneta y hacerte los kilómetros del reparto. Debe de ser comodísimo llevar las cosas a una tienda”, confiesa.
Carmen Bendala se muestra convencida de que “cuanto más extensivos somos, también somos más holísticos”. Sobre si le afectó la huelga de transportistas del pasado mes de marzo, responde que no: “No me ha afectado en ningún sentido. El transporte lo hacemos con nuestros coches. No tengo necesidad de pienso. A la cooperativa no le ha llegado a faltar pienso. Lo creo rotundamente. Siempre habrá agricultura intensiva, macrogranjas…, pero en estos sitios de sierra, con un medio natural más interesante, en la medida en que nos modernizamos con las nuevas tecnologías y vendemos cercano y muy directamente, dependemos mucho menos de todas esas movidas tan complejas. Dependemos menos de las distorsiones globales. Muchas de nosotras, las Ganaderas en Red, estamos en esta situación”. Ahora bien, el pienso es más caro y el combustible también. “En el reparto, la gasolina me cuesta más dinero. Pero es más fácil, con esa relación directa con los consumidores, subirles el precio en función de esto”.
“Los grandes negocios agrícolas y ganaderos son los que mandan e imponen sus reglas”
En cuanto a las ayudas por parte de las distintas administraciones, Carmen se expresa con claridad: “El reparto de las ayudas nos afecta negativamente. La ganadería extensiva está injustamente tratada. No es minúsculo lo que hacemos. A nivel de tamaño, siempre a los pequeños nos dejan por debajo. En la PAC, la valoración de ayudas directas por hectárea es ridículo. Está absolutamente depreciado. Para nada se valora nada de la labor que hacemos de conservación del territorio, conservación del medio y no contaminación del agua. La estrategia de la PAC de palabra es estupenda, pero a la hora de negociar el Gobierno con el sector, nosotras no pintamos nada, sino los grandes negocios agrícolas y ganaderos. Son los que mandan e imponen sus reglas. No puedes conseguir hacer una poda, trabajos forestales, etc. No lo puedes afrontar con los beneficios de esta explotación, que da para tres familias, pero no para más. Así, nos vemos con muchas dificultades para conservar el medio. Con el manejo holístico consigues que el suelo esté más cubierto, que haya más hierba, mantener la biodiversidad, etc. Y todo eso necesita un dinero que no tenemos. Si nos tratasen con un mínimo de sentido común y justicia podríamos tener las cosas muchísimo mejor. Por ejemplo, con los problemas del agua. El agua es fundamental, nos vemos muy privados de agua y ni siquiera nos ayudan en eso”.
La pertenencia de Carmen Bendala a Ganaderas en Red, un grupo en el que pueden ser cerca de 200, le sirve para no sentirse sola: “En un trabajo tan aislado, sabemos que no estamos solas. Pensamos las mismas cosas y nos hemos dado cuenta de pronto de que somos ecológicas, nos hemos vuelto conservadoras del medio ambiente. Es un foro en el que puedes preguntar muchas dudas. Algunas son veterinarias. Alguien siempre te puede ayudar. Aprendemos mucho las unas de las otras. Nos ponemos de acuerdo para actividades, mesas redondas, cursos, manifiestos, reivindicaciones…”.