“A mí no me han afectado la huelga de transportistas o los problemas de abastecimiento. Yo tengo asegurada la producción para los clientes de siempre. Lo transporto yo o la gente viene a por ello. Ya saben dónde estoy”, declara Lara de Miguel, horticultora que gestiona la Huerta PradoAncho, una explotación de hortalizas de temporada en la localidad segoviana de Aguilafuente. Recientemente, Lara entró a formar parte de la directiva de ISMUR, asociación de mujeres rurales de Segovia, vinculada a la Unión de Campesinos de Segovia.
¿De dónde viene esta idea loca de la venta directa? “Viene de un recuerdo. La abuela nos mandaba con nuestro abuelo a los recados en la carretilla hasta la huerta de la señora Trini, donde comprábamos la verdura, que nos pesaba con la romana. Era un recuerdo estupendo. Y hemos pasado de eso, al lineal de una gran superficie, donde los productos no tienen alma.
Estaba en Madrid trabajando y estudiando, cumpliendo expectativas de lo que se esperaba de mí. Estudiaba veterinaria y trabajaba en la universidad, en un laboratorio de investigación, pero no era feliz. No estaba sana. Cuando estaba muy bien era cuando venía al pueblo con mi padre y mi abuelo y llevaba productos de mi huerta y la gente me decía ‘¡Qué rico está. Si tuvieras más te lo compraba!’. Un día, mi padre me dijo: ‘Los domingos te veo mal’. Le dije: ‘No me quiero ir’. Y me sugirió: ‘Pues quédate’. Ahí vi que me puedo quedar, que puedo cambiar de rumbo, decidir por mí misma. Me dijo: ‘Dinero no tengo, pero terreno sí. Haz ahí lo que quieras’. Y de ahí surgió la idea de la Huerta PradoAncho”.
¿Da de comer la huerta? “Da de comer, pero llevo 5 años y en los primeros cinco años es una inversión. De momento, ¿da para vivir como yo quiero? Sí. ¿Acorde a las condiciones de vida que yo tengo? Sí”
En ella, Lara cultiva sobre todo tomate de semilla tradicional, que complementa con hortalizas de temporada. También trabaja plantas ornamentales, plantel hortícola para gente que quiera poner su huerta y da talleres para peques sobre horticultura, rastreo de fauna y flora local, respeto a la naturaleza… Además, compagina la huerta con otro trabajo, como monitora de un taller de horticultura terapéutica para personas con diversidad funcional. ¿Da de comer la huerta? “Da de comer, pero llevo cinco años y en los primeros cinco años es una inversión. De momento, ¿da para vivir como yo quiero? Sí. ¿Acorde a las condiciones de vida que yo tengo? Sí”.
Sobre la venta directa, Lara explica: “Lo ideal es que la gente venga aquí a comprar. Casi señalan con el dedo lo que se llevan. Con el confinamiento funcionó, pero hay que moverse”. Su radio de acción son los alrededores, también Segovia y un poquito la Sierra de Madrid. “Hago reparto semanal con una lista con los productos de la semana. Voy yo con mi furgo. El año pasado tuve un repartidor, porque se me fue de las manos. El reparto está muy bien, pero tengo que estar aquí en la huerta. Quisiera este año volver a contar con él, cuando empiece la campaña, de mayo a noviembre-diciembre”.
«El cliente forma parte de mi proyecto»
Ante la pregunta de cuáles son los pros y los contras de la venta directa de sus propios productos, la respuesta de Lara es sorprendentemente brillante, bella, honesta y profunda en su sencillez: “El mayor pro es la relación directa con los clientes. Puedo conocer sus necesidades y el cliente forma parte de mi proyecto. Y hay una conexión muy bonita que se nota. Como si quedara impregnada en el alimento esa participación. El cliente cuida de mí y cuida de la tierra que cultivo. Me permite cuidarla para dejarla igual o mejor para las siguientes generaciones. Eso es lo más bonito”.
Por contra, reconoce: “Esto no se puede comparar con un lineal. Ahí coges el alimento y si se pone malo a los dos días, no le vas a reclamar. Pero yo respondo al 100% sobre la calidad de mis productos. Hay que dar explicaciones tanto para las buenas como para las malas. Aquí un fallo de producción, por tema climatológico por ejemplo, puede hacer que pierdas clientes, porque esto es por temporada. Hay que mantener al cliente de temporada en temporada”.
Los clientes me avisan por el Was de que va a helar”
Como muchas otras productoras que practican la venta directa con las que ha hablado FemeninoRural.com, Lara también maneja las nuevas tecnologías: “Tengo web, Insta, plataforma de pedidos en el Was… Todo eso es imprescindible en estos tiempos. La web y las redes sociales las uso para seguir conectada con la gente que compra mis productos. Saben cómo va el tomate, cuándo lo recojo…. Hay una conexión muy fuerte con los clientes. Ellos me avisan por el Was de que va a helar».
Lara, que se define como “una campesina tradicional, con los pies en la tierra y la mirada en el cielo”, defiende la necesidad de “volver a entablar esa conversación. El sistema actual está pensado para que no haya conversación entre el cliente y el productor. Nos han acostumbrado a que el producto sea bonito, pero esa no es la realidad. Alguna vez me han dicho: ‘Tus tomates son muy feos’. Y yo pienso: ‘¡Claro, porque son tomates!’ A la hora de comercializarlos, es hasta difícil de empaquetar. Pero la naturalidad es esta. Esta es la fruta de verdad. Y esta es la conversación que hay que entablar entre productores y clientes”.
Huerta PradoAncho
Web: https://huertapradoancho.es/
Email: tomatespradoancho@gmail.com
WhatsApp: 649 24 60 46
Facebook: @huertapradoancho
Instagram: @huertapradoancho
Dirección: Carretera Lastras Km.19, 40340 Aguilafuente (Segovia)