Al iniciarse una nueva sesión de negociación en la Organización Mundial del Comercio (OMC), más de 350 personalidades de todo el mundo prestan su apoyo al Manifiesto ¡Acabemos con el sistema privado de patentes! Por una industria farmacéutica bajo control popular y un sistema de vacunación gratuito, universal y público, que fue lanzada por la red mundial CADTM y cuenta con el apoyo de más de 250 organizaciones firmantes, entre las que se encuentran importantes redes internacionales como la Marcha Mundial de Mujeres y el Movimiento por la Salud de los Pueblos [People’s Health Movement] que se enumeran aquí. 

La lista de personalidades se hizo pública este martes, 8 de junio, con motivo de la reunión de la OMC en la que se discute la suspensión de las patentes de las vacunas. Esas patentes protegen los intereses de un pequeño grupo de grandes empresas farmacéuticas privadas e impiden una respuesta adecuada a la pandemia que ya ha causado la muerte de más de  3.745.000 personas.

Entre las personalidades figuran Noam Chomsky y Nancy Fraser, de Estados Unidos, Naomi Klein, de Canadá, Arundhati Roy y Tithi Bhattacharya, de la India, Silvia Federici y Cinzia Arruza, de Italia, dirigentes sindicales, líderes comunitarios, más de ochenta parlamentarios (de Alemania, Bolivia, Brasil, Colombia, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, República Checa…), entre ellos el Presidente del Senado de Bolivia y 22 miembros del Parlamento Europeo. Entre los firmantes también hay alcaldes como el de Valparaíso en Chile o el de Cádiz en España y muchos cargos electos a nivel municipal o regional. Directores de revistas de información y opinión, así como periodistas, apoyan el Manifiesto. También lo suscriben muchos académicos.

Más allá de las negociaciones que se están llevando a cabo en la OMC, las y los firmantes afirman que se necesitan medidas estructurales para responder a la crisis sanitaria mundial y al deterioro de las condiciones de vida de miles de millones de seres humanos. Afirman igualmente que «las vacunas deben ser consideradas un bien común global». Agregan que «para asegurar su accesibilidad universal, la suspensión necesaria y urgente de las patentes debe ir acompañada de mecanismos de nacionalización de las industrias farmacéuticas privadas, y de una fuerte inversión en el desarrollo de industrias farmacéuticas públicas en todos los países.»

Las y los firmantes subrayan que los «retos planetarios como una pandemia necesitan respuestas globales a la altura de las circunstancias. La economía privada, la fe ciega en el mercado y la lógica del beneficio se han demostrado incompatibles con la vida. La salud no puede ser una mercancía. La reactivación de la actividad económica no puede hacerse en detrimento de la salud ni de los derechos de las mayorías.»  Además afirman que  «la pandemia aceleró y profundizó una serie de tendencias peligrosas, brechas sociales y fenómenos multidimensionales que se vienen observando desde hace décadas y que sufren en primera instancia las clases populares, especialmente las mujeres y las personas racializadas.»


En lo que concierne a las vacunas y los tratamientos, las y los firmantes piden:


•  La suspensión de las patentes privadas correspondientes a todas las tecnologías, conocimientos, tratamientos y vacunas ligados a la COVID-9. 
•  La eliminación de los secretos comerciales y la publicación de la información sobre los costes de producción y la inversión pública utilizada, de forma clara y accesible para toda la población.
•  La transparencia y control público en todas las fases de desarrollo de las vacunas.
•  El acceso universal, libre y gratuito a la vacunación y a los tratamientos.

Con respecto al Big Pharma, las y los firmantes demandan: «La expropiación y socialización de la industria farmacéutica privada, bajo control social, como base de un sistema sanitario público y universal que fomente la generación de tratamientos y la producción de medicamentos genéricos.»

Con respecto a la asistencia sanitaria en su sentido más amplio, exigen  « El incremento de las inversiones y presupuestos públicos destinados a la sanidad pública y a las políticas públicas de asistencia comunitaria, incluyendo un aumento de la contratación, salarios y condiciones laborales del personal de estos sectores.»

En cuanto a la financiación, se pide: 

«La instauración de impuestos sobre la riqueza (patrimonio e ingresos del 1% más rico), destinados a financiar la lucha contra la pandemia y a garantizar una salida socialmente justa y ecológicamente sostenible a las diferentes crisis del capitalismo global.
» La suspensión del pago de las deudas soberanas mientras dure la pandemia y la anulación tanto de las deudas ilegítimas como de aquellas contraídas para financiar la lucha contra el virus.»

Para el CADTM es fundamental retomar la iniciativa que se lanzó después de Seattle, en 1999,  que sostenía, firmemente, que «el mundo no es una mercancía». La salud tampoco es una mercancía y «otro mundo es (todavía) posible». Es fundamental relanzar un movimiento altermundialista, con unos fundamentos sólidos, tal y como ocurrió en los años 2000/2001.

Más información: CADTM.org

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