Devolver la comunicación a su verdadera naturaleza. Es la necesaria y radical propuesta de este libro. Necesaria, porque el obsceno éxtasis de la comunicación que presintió Baudrillard (1987), exacerbado hoy a la velocidad del algoritmo, está enfermando de gravedad física y mentalmente a la humanidad. Y radical, porque excava en el origen. Si la raíz de nuestros males es un sistema patriarcal, colonizador y ecocida, la solución para sanarlos ofrecida en esta Comunicación radical es precisamente eso: Despatriarcalizar, decolonizar y ecologizar la cultura mediática.
Escrito alalimón por Susana de Andrés y Manuel Chaparro, Comunicación radical combina la sensibilidad de la profesora de Ética de la Comunicación e integrante de la Cátedra de Estudios de Género de la UVa, con el escrutinio del periodista y catedrático de la UMA, director además del grupo LabCOMandalucía. Ambos comparten la consciencia de una comunicación con fines sociales, con especial acento en la igualdad, la decolonialidad y el medio ambiente. Así, las trayectorias de ambos investigadores confluyen felizmente en este río de palabras que viene a reverdecer los modos de comunicar devolviéndolos a la naturaleza de la que nunca se debieron haber alejado.
Ponen prólogo a “este semillero de utopías imprescindibles” Eloísa Nos Aldás, catedrática de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la UJI y Agustín García Matilla, catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la UVa. Es este un libro muy actual, que aborda los grandes problemas de la comunicación, que lo son a su vez de la humanidad: Como las múltiples formas de violencia hacia las mujeres, impresas y televisadas desde los tradicionales medios de información y retransmitidas en streaming por los nuevos social media.
Violencia que comienza con la iniciación digital de las más jóvenes: “La hipersexualización infantil en TikTok, el acoso verbal en Tinder, los troles machistas, la objetualización en OnlyFans, el escaparate de personas anuncio en Instagram”, son algunos de los ejemplos que se mencionan en el capítulo Comunicación feminista. “Nunca la violencia sexual y la pornografía tuvieron tal grado de exposición, ejemplificación y advertencia como con el audiovisual transmedia”, constata.
Esta Comunicación radical también aborda el fenómeno de las fake news, cuyo concepto “hace alusión a que las emociones, o mejor dicho las pulsiones, importan más que la verdad”. Y la creciente disociación entre la realidad y la ficción que espeluznantemente nos presagia el emergente metaverso. “Permanecer en un mundo paralelo a la realidad es estar, pero no ser”, reflexiona el capítulo Desdigitalizar (…), que finaliza con referencias al mito de la caverna de Platón y a un Quijote que vivió loco para morir cuerdo. Interesante es el capítulo Desacelerar. Comunicación lenta, que nos deja perlas como que “la era digital es la era del exilio espacio-temporal inconsciente”.
Con un lenguaje lleno de metáforas inspiradas en la naturaleza, que contribuyen al disfrute del paseo a la sombra de sus hojas, este es un libro rico en referentes. Y a pesar de lo sombrío de los tiempos, el entramado de este libro-árbol con raíces profundas está colmado de alternativas. Como las que se ofrecen en el capítulo final Comunicación circular, que invita a “repensar el modo en que hacemos y vivimos para rediseñar el modelo fracasado y renaturalizarlo, resignificar las palabras vacías y las palabras heridas que soportan la democracia y la justicia ecosocial, recuperar valores comunicativos, relocalizar el relato y la tecnología, redistribuir los recursos técnicos y económicos, reestructurar el sistema de medios para ponerlo a disposición del bien común, reducir el exceso de comunicación banal, la seudoinformación y la fabricación masiva de equipos basados en la lógica de la obsolescencia, reutilizar bienes y estrategias comunicativas autónomas descabalgadas por el digitalismo. Y sí, reciclar, dispositivos, contenidos y espacios, resembrar la semiosfera. Un símil de las conocidas 8R de Larouche para la transformación social en su propuesta de economía de decrecimiento convertidas aquí en una propuesta de comunicación circular para transitar en comunicación”.
En esta obra, a caballo entre Segovia y Málaga, también se asoma la pluma de una latinoamericana con alma japonesa, como Amalfy Fuenmayor, doctora en Derechos Humanos y artista de género, autora de la preciosa portada titulada Honrando al árbol del Mango. Un magnífico ejemplo de comunicación radical, porque la retorna a su verdadera naturaleza. Porque en un ejercicio de realismo mágico pictórico, una sola imagen de un humilde árbol cuenta toda una historia de resiliencia de quien, como Gabriel García Márquez, es capaz
de Vivir para contarla.
Referencias bibliográficas
Baudrillard, J. (1997). El otro por sí mismo. Anagrama. (Ed. Original: Baudrillard, J. (1987) L’autre par lui-même (Habilitation). Éditions Galilée.
Federici, S. (2021). Brujas, caza de brujas y mujeres. Traficantes de Sueños. (1ª edición en inglés: Federici, S. (2018)
Witches, Witch-Hunting, and Women. PM Press.
Galeano, E. (1998). Patas arriba. La escuela del mundo al revés. Siglo XXI de España Editores S.A.
García Márquez, G. (2002) .Vivir para contarla. Mondadori
Kapuscinski, R. (2002). Los cínicos no sirven para este oficio. Anagrama
De-Andrés, S., & Chaparro, M. (2022). Comunicación radical. Despatriarcalizar,
descolonizar y ecologizar la cultura mediática. Gedisa.
Fátima Martín Gómez de Carvallo
Reseña publicada en Estudios sobre el Mensaje Periodístico. Universidad Complutense de Madrid.
Licencia de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 (CC BY 4.0).