Trabajadores tratados con menos seguridad que los animales en cárnicas alemanas, granjas de zanahorias orgánicas francesas consideradas “el infierno”, condiciones peores que las de los campos de refugiados en la fresa de Huelva. Son tres de las vergüenzas de los campos europeos que destapa ‘Trabajadores invisibles’, una investigación conjunta de meses dirigida por Lighthouse Reports, en la que han participado Der Siegel, Mediapart, Euronews, The Guardian, Follow the Money y el Proyecto de Investigación Periodística de Italia.
“Trabajan durante horas y horas, bajo un sol abrasador o una lluvia torrencial, para cultivar y cosechar las frutas y verduras que los demás ponemos en nuestra mesa. Cuando la pandemia del coronavirus se extendió por toda Europa, quienes llevan comida a nuestros platos se hicieron repentinamente visibles, incluso se les aclamó como «trabajadores esenciales». Pero sus derechos laborales y condiciones de vida han sido pasados por alto durante décadas”. Así comienza esta información, que recuerda que “la Política Agrícola Común de la Unión Europea, el mayor fondo común de subvenciones del mundo, tiene por objeto apoyar a los propietarios de explotaciones agrícolas y aportar cada año cerca de 60.000 millones de euros al sector. Sin embargo, las condiciones de trabajo de los empleados de estas granjas ni siquiera se mencionan en el plan de subvenciones”.
«Realmente hay más protección para los animales que para algunos de estos trabajadores de nuestras granjas»
La noticia de Euronews, firmada por Anelise Borges y Aurelien Coulet, cita al eurodiputado alemán de Los Verdes, Daniel Freund, quien afirma que “En este momento tenemos esta alocada situación en la que realmente hay más protección para los animales que para algunos de estos trabajadores de nuestras granjas”.
En la investigación conjunta con Lighthouse Reports, Der Spiegel y Mediapart, Euronews entrevistó a docenas de trabajadores agrícolas en todo el continente. “Se quejaron de las horas no pagadas, trabajando bajo una tremenda presión, con muy poca agua o protección, algunos se desmayan y vomitan por el agotamiento. Nos mostraron condiciones de vivienda calamitosas y hablaron de casos de abuso verbal, físico e incluso sexual”, asegura el medio europeo.