Nosotras, las mujeres de la red CADTM África, que hemos venido de Benín, Burkina Faso, Camerún, Costa de Marfil, Gabón, Guinea Conakry, Malí, Marruecos, Níger, República Democrática del Congo, Senegal, Togo, y también de Argentina, nos reunimos para la tercera sesión de nuestro seminario «Mujeres, deudas y microcrédito» en Bamako, Malí, del 15 al 19 de noviembre de 2017.

 

Efectivamente, desde los años ochenta, las instituciones de microcrédito han proliferado en nuestro continente africano, teniendo como objetivo, particularmente, a las mujeres.

 

Mientras que la crisis mundial del sistema capitalista, económica, financiera, social, energética, ecológica y de civilización, profundiza la miseria y la precariedad, la desatención del Estado en materia de acción social (salud, educación, agua, electricidad, empleo, vivienda, etc.) afecta al conjunto de una población pauperizada y, en particular, de forma violenta a las mujeres.

 

Los Acuerdos del partenariado económico (APE, ALE) y el creciente endeudamiento impuestos a nuestros países, confinan a la población en un círculo infame de austeridad, desempleo y miseria. Las y los campesina/os son expulsada/os de sus tierras por la agroindustria y las transnacionales. El saqueo de nuestros recursos naturales (bosques, minerales, hidrocarburos, agua, suelos…) devasta nuestros paisajes, desertifica y contamina nuestros territorios, volviendo imposible la vida en ellos. Sin embargo, mientras que las mercancías y los capitales se benefician de una casi total libertad de circulación, a las y los trabajadora/es y la población civil, cercada/os y prisionera/os por guerras y conflictos provocados por las transnacionales, se les impide buscar la paz y el trabajo en otros países. Nuestro mundo está segmentado por muros…

 

Las escasas conquistas que pudimos obtener después de las «independencias» son cuestionadas por las políticas de austeridad justificadas por la deuda: reducción de la función pública y de los presupuestos públicos, privatizaciones y liberalizaciones de los servicios públicos, reducción de los salarios, despidos y desempleo estructural.

En este contexto, el sistema de microcrédito llega para prometernos liberarnos de la pobreza y la emancipación de las mujeres. En realidad, sucede lo contrario: nos encontramos dentro de una espiral de sobreendeudamiento para poder realizar proyectos no viables que, en lugar de sacarnos a flote, nos hunden todavía más en la pobreza, el estrés, la humillación y la violencia. Estamos agotadas, nuestras familias y nuestra solidaridad se desintegran, nuestro futuro está secuestrado.

 

Frente a esta situación, no queremos desesperar. Hay otras soluciones posibles: subvenciones, préstamos con tipo de interés cero pero no clientelistas, tontinas, proyectos cooperativos y autogestionados, etc. Luchamos por su existencia.

 

Exigimos, en forma paralela, la auditoría de las instituciones de microcrédito, así como de la deuda pública, con el fin de pedir la anulación de las deudas ilegítimas.

 

Exigimos que todas las mujeres —y los hombres— víctimas del microcrédito reciban reparaciones por los perjuicios sufridos.

 

Llamamos a la reconstrucción de los servicios públicos gratuitos de calidad y al aumento de los presupuestos para la acción social.

 

Debemos unirnos para luchar contra el sistema de la deuda pública y privada, contra los tratados de libre comercio que explotan y humillan a las mujeres y a los hombres, saquean, destruyen la naturaleza, empujan a los pueblos hacia el camino de la emigración y echan a familias a la calle, las obligan a la mendicidad, a la prostitución y al suicidio.

 

Reforcemos nuestra solidaridad con la población afectada por el microcrédito, las políticas de las Instituciones financieras internacionales y por todos los chupasangres que succionan nuestras riquezas y nuestras energías.

 

Mientras las mujeres estén afectadas por el sistema de la deuda, de las finanzas y del microcrédito, continuaremos la lucha.

 

An ka ta Kelègni be kè
Naniou Wéyaal Xeex BI
Fanghé NTA Niéméné
Kunuana ké na kutatama
النضال مستمر
Esae ndum ya ke osu
Ô wé sou iman em
Wriwri lé yi édji
¡La lucha continúa!

 

Traducido por Griselda Pinero

 

Visto en CADTM