¿Cuántos cerdos hay por persona en Castilla-La Mancha? “¿Y cuántos purines? En Albacete lo hemos calculado y tocamos a 2,5 litros de purines por cabeza al día”, responde Inma Lozano, agricultora ecológica, portavoz de la plataforma Stopmacrogranjas de Castilla-La Mancha, donde ya hay alrededor de un centenar de pueblos afectados por una ganadería industrial que “genera graves riesgos para la salud pública, el medio ambiente, el medio rural y el bienestar animal”. Por todo ello, la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial, de la que Inma es coportavoz, ha impulsado una petición al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación y a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para el establecimiento de una moratoria a la instalación y ampliación de explotaciones ganaderas intensivas.
“No estamos en contra de la ganadería, sino de este tipo de industria, porque no son granjas, es ganadería industrial que afecta al entorno, a los recursos y a las personas. Se puede producir de otra forma, más sostenible, sin que tus vecinos se tengan que marchar y esté todo lleno de mierda y ruina. Apostamos por menos producción, pero de mejor calidad. No carne basura que asola nuestros recursos y nuestros pueblos”, defiende Lozano.
“No hay tierra que pueda absorber tanta mierda”
Porque los habitantes de Castilla-La Mancha ya no pueden soportar más macrogranjas. “No hay tierra que pueda absorber tanta mierda”, se quejan. En la Comunidad Autónoma presidida por el socialista Emiliano García-Page, hay decenas de pueblos afectados por este tipo de ganadería industrial intensiva que califican de depredadora. “Ni se sabe cuántas hay. Pero es que además las que están inscritas según el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Gobierno central no coinciden. Nosotros pensamos que hay más, por todos los purines que se están vertiendo”, aseguran otros miembros de CLM Stopmacrogranjas consultados.
“La mitad de los pueblos se enteran cuando la macrogranja ya se está construyendo en su localidad o en el pueblo de al lado. Es David contra Goliat”, claman. “Ya hay médicos que están informando de los efectos nocivos sobre la salud de las personas. Y la gente nos estamos agrupando para pagar abogados que hagan alegaciones”, añaden.
“No genera empleo: Una macrogranja de 7.000 cerdos la puede llevar una persona. Está todo automatizado”
Y es que son muchas las consecuencias negativas de este modelo industrial de ganadería sobre un territorio ya de por sí vulnerable como es la llamada España vaciada. “Te venden que es bueno para la economía de la zona, para generar empleo, para fijar población, pero está demostrado que la población no crece. Pero es que además la gente se va”, afirma Lozano. Es el caso de Balsa de Ves, que en 2006, año de la llegada de la macrogranja, contaba con 222 habitantes. Hoy hay apenas 130 almas en un pueblo que en 2018 ya soportaba 2.600 porcinos madres, con posibilidad de criar 60.000 cerdos al año, lo que generaba más de 100 toneladas de residuos al día, según publicó en su día ‘El digital de Albacete’.
“Y luego se les llena la boca con la defensa del medio ambiente. Presuntamente, todo va con la agenda 2030, todo te lo venden como muy verde y muy sostenible, pero mientras, se publican todos los días ampliaciones y nuevas explotaciones altamente contaminantes. Cuando ya sabemos las consecuencias. Los números son desastrosos. En el pueblo de Pozuelo ya van por el segundo intento. Quieren poner 10.800 madres. Eso supone 400.000 cerdos al año. Las cifras son devastadoras. Lo hacen a través de lo que llaman ‘ampliación no sustancial’. En Cardenete (Cuenca) no paran de ampliar. Y cada vez hay más explotaciones. Suelen utilizar proyectos de corta-pega, con trámites administrativos dudosos. Se están autorizando barbaridades”, insisten desde la plataforma.
“Los pequeños ganaderos venden porque no pueden competir. Así las macrogranjas se están haciendo con el mercado y al final imponen el precio”
Los afectados explican que las macrogranjas “actúan siempre igual: Piden un número x de cerdos y al año piden una ampliación no sustancial que dobla las cabezas de cerdos. Les vale el informe de impacto ambiental de la Junta de Castilla-La Mancha y cuando la granja se construye, no tiene nada que ver. Ha habido alcaldes del PSOE que por esto han perdido la alcaldía. Por ejemplo, Alfonso Escudero, exalcalde de Mota del Cuervo, al que luego le hicieron senador”. Las distintas personas consultadas repiten que “no se termina de entender cómo [desde la administración de García-Page] están empecinados en venderte la peste”.
Porque además -reiteran- este tipo de ganadería intensiva tampoco genera empleo: “Te dicen que es sostenible, que genera puestos de trabajo, pero la realidad es que una macrogranja de 7.000 cerdos la puede llevar una persona, porque está todo automatizado. Hablan de la dinamización de la zona y no es verdad. Y luego presumen de economía circular, de ecología, de sostenibilidad… Por eso no entendemos cómo la Junta de Castilla-La Mancha puede seguir apoyando este tipo de explotación. No nos entra en la cabeza cómo la Junta lo sigue aprobando. Porque es que no hay hectáreas suficientes para echar tantos purines. El número de cerdos producidos aumenta, pero cada vez hay menos explotaciones. Se están haciendo con todas las explotaciones familiares. Los pequeños ganaderos venden porque no pueden competir. Así las macrogranjas se están haciendo con el mercado y al final imponen el precio”.
“A lo primero que afecta es al agua. Cuando un acuífero se contamina, se contamina para siempre. Y al final, todos los acuíferos están unidos”
Otro de los graves problemas que genera este modelo industrial de ganadería es la insostenible contaminación del agua. De hecho, el agua de Torrejoncillo del Rey se contaminó por los purines de una macrogranja en el pueblo de al lado, en Huerta de la Obispalía, según una sentencia judicial. “Aunque la Justicia te dé la razón, el pueblo ya está contaminado. Por eso viene la despoblación”, aseguran las fuentes de Stopmacrogranjas Castilla-La Mancha.
“Lo que consume un cerdo va entre 7 y los 10 litros de agua al día. Además del agua necesaria necesaria para limpiar las naves por el sistema ‘todo fuera-todo dentro’. También los detergentes químicos van a la balsa de purines. Así que orgánico no es. Ya hay muchos pueblos con los acuíferos contaminados. El acuífero va circulando y al final esa agua la vas a beber tú también”, explica Lozano.
“A lo primero que afecta es al agua. Cuando un acuífero se contamina, se contamina para siempre. Y al final, todos los acuíferos están unidos”, apuntan las fuentes, que añaden que se ha parado una macrogranja que querían construir encima del acuífero 23 de Daimiel, al lado de las Tablas de Daimiel, los famosos humedales de Ciudad Real, presuntamente protegidos en el Parque Nacional del mismo nombre.
Pero la presión extractivista no para. Y no se detiene ni siquiera ante zonas de altísimo valor medioambiental como las Hoces del Cabriel. Por eso Cuenca Ahora, Pueblos Vivos Cuenca y Serranía Celtibérica han presentado alegaciones ante la Confederación Hidrográfica del Júcar para que no se autorice a la empresa Porcialtollano S.L. instalar un grupo de autobomba sumergible que extraería un caudal continuo de agua subterránea de 25 millones de litros al año, que se destinaría a la instalación de una macrogranja porcina. Las asociaciones, en defensa de la zona Reserva de la Biosfera Valle del Cabriel de Cuenca, consideran que instalar una granja porcina de 2100 madres a 1,4 kilómetros del río Cabriel constituye un “riesgo elevado y un atentado inaceptable al ecosistema”. También alegan que el municipio de Cardenete se abastece de la citada masa de agua subterránea.
El informe recoge que la explotación estaría en suelo rústico no urbanizable de especial protección, y una parte de la finca entra dentro de la zona ZEPA Hoces del Cabriel, Guadazaón y Ojos de Moya. Ante el hecho de petición del sondeo, también se han manifestado en contra de su concesión Ecologistas en Acción, además de CLM Stop Macrogranjas, que han presentado asimismo sus escritos de alegaciones, según ha publicado encastillalamancha.es.
Reclaman a la Confederación Hidrográfica del Júcar que, en el ejercicio de sus competencias, asuma la protección de las aguas subterráneas contra la contaminación y el deterioro, conforme a la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea y de la legislación española de protección de las aguas subterráneas.
Los castellano-manchegos, que están conectados en red con el resto de territorios del Estado, saben de las consecuencias de las macrogranjas sobre el agua en zonas de Castilla y León, de Lleida y Girona, donde “llevan 30 años sin poder beber agua del grifo” o de Galicia, donde “en A Limia hay una contaminación del río brutal”. “En los purines es donde patinan todos. No hay tierra para absorber todo eso”, repiten hasta la saciedad.
Riesgos para la salud: “Favorece la resistencia a los antibióticos y puede ser vector de transmisión de varias enfermedades”
Pero es que este modelo de ganadería intensiva, a diferencia de la extensiva, también genera problemas para la salud. Lozano cita asmas, conjuntivitis, cefaleas en los niños, problemas respiratorios… Lo saben quienes lo sufren sobre el terreno y lo saben los médicos que han estudiado el fenómeno. El informe ‘Riesgos para la salud pública relacionados con la instalación de macrogranjas porcinas’, realizado por Ángela Prado Mira, médico intensivista del Hospital General de Albacete, concluye que “la contaminación del agua causada por la filtración de purines altera el equilibrio del ecosistema acuático, favorece la resistencia a los antibióticos y puede ser vector de transmisión de varias enfermedades. (…) Si suministramos antibióticos de forma indiscriminada a los animales destinados al consumo humano, estos animales desarrollaran cepas comensales resistentes a los antibióticos, que posteriormente podrían pasar al ser humano a través de los diferentes productos alimentarios”. (Ver el informe completo)
“En el hospital de Albacete hay un programa que se llama ‘Resistencia 0’, que analiza la resistencia a las bacterias. Se están destinando muchísimos recursos a este proyecto y luego resulta que a 30 km de ese hospital nos meten 160.000 cerdos hacinados que provocan lo mismo. Carne que además consumimos”, apunta la portavoz de CLM Stop Macrogranjas.
Las integradoras se encargan de todo y endilgan al ganadero el marrón de los purines. En Tarancón opera Incarlopsa, el carnicero de Mercadona
¿Quiénes son los actores beneficiarios de esta ganadería industrial? “Las explotaciones funcionan con el método de la integradora. Todo depende de estas empresas y el ganadero solo engorda al cerdo y se encarga de los purines. En la zona de La Manchuela opera el Grupo Sanchiz. El Pozo tiene la integradora Cefusa a 30 kilómetros de Albacete capital. También está Campofrío. En Cuenca, opera Incarlopsa, que suministra de carne a Mercadona. Incarlopsa consiguió con fondos públicos en Tarancón montar un matadero megamoderno que no sé cuántos cerdos mata a la hora. Todos los pueblos de Cuenca están sufriendo esa avalancha. Ya no solo en Tarancón, sino en La Serranía, que es todo monte, zonas de reserva natural, ZEPA… Hay que verter los purines. Tarancón está a 80 km de Madrid. Cientos de camiones todos los días surten a Madrid. El matadero de Tarancón necesita muchas granjas alrededor. Es todo un engranaje. No hacen ningún favor a la agricultura y a la ganadería de la zona”, valoran las fuentes consultadas.
Donaciones de Incarlopsa al gobierno de García-Page a través de la fundación Impulsa
Casualmente, “Incarlopsa, el carnicero de Mercadona, donó 400.000 euros al gobierno de García-Page”, según publicó Economíadigital.es en 2018, que añadía que “el fabricante cárnico es donante recurrente de la fundación Impulsa, que gestiona los anuncios publicitarios del gobierno” castellano-manchego.
No todos los políticos de la zona respiran igual. Por ejemplo, la Diputación Provincial de Albacete aprobó una declaración institucional en apoyo a los municipios posicionados en contra de la instalación de macrogranjas de cerdos y, más recientemente, la de Ciudad Real. Su presidente, el socialista José Manuel Caballero, aclaró que la Diputación no está en contra de las explotaciones ganaderas, pero sí de que se instalen macrogranjas de cerdos sin el necesario consenso social y que no son sostenibles medioambientalmente: “Exigimos que estos modelos de producción respeten el bienestar animal y que vayamos hacia otros cada vez más sostenibles y ecológicos. Somos defensores de un modelo agroalimentario que es muy potente en la provincia de Ciudad Real pero somos muy conscientes de que el modelo de macrogranja cuando no cuenta con el consenso social y cuando no reúne todas las garantías de sostenibilidad, es mejor que no se ponga en marcha porque los efectos que puede tener son muy perniciosos”, aseguró citado por ‘eldigitaldeciudadareal.com’.
“Se tienen que tener en cuenta todas las explotaciones de todo el territorio en conjunto, porque el efecto es acumulativo. Eso es lo que envenena”
Desde CLM Stopmacrogranjas continúan insistiendo en que “se tienen que tener en cuenta todas las explotaciones de todo el territorio en conjunto, porque el efecto es acumulativo. Eso es lo que envenena”. También, junto a las más de 40 plataformas de todo el Estado unidas en la coordinadora estatal Stopganaderíaindustrial.org, reiteran la necesidad de una moratoria de nuevos proyectos con el fin de poder realizar un estudio estratégico del territorio y un análisis exhaustivo de sus consecuencias.
Esta Coordinadora Estatal ha lanzado una recogida de firmas en apoyo de su petición de una moratoria a la ganadería industrial en España. En concreto, se pide al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación y a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que, en base a sus competencias, se suspenda la concesión de licencias de nueva creación y ampliación para explotaciones de ganadería intensiva ante su proliferación desmesurada y descontrolada en España.
Para esta Coordinadora, que agrupa decenas de movimientos vecinales rurales de diversos lugares de España junto con organizaciones nacionales e internacionales, “la desmesurada y descontrolada expansión de la ganadería intensiva en España en los últimos años, que ha encontrado una fuerte contestación social, requiere que la Administración del Estado tome medidas para regular este sector con una visión de conjunto. Abogamos por frenar este crecimiento descontrolado del sector y orientarlo hacia un modelo que responda a las necesidades de las personas consumidoras, los y las ganaderas, la población del medio rural, el medioambiente y la urgente lucha contra la crisis climática. Para ello recogemos firmas con el apoyo de Food & Water Action Europe, Amigos de la Tierra, Justicia Alimentaria, València Animal Save, Ecologistas en Acción, Compassion in World Farming y ADDA”.