“La situación del campo es muy peliaguda y creo que dentro de poco nos tendremos que manifestar muy contundentemente”, advierte José Manuel de las Heras, coordinador estatal de la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos. Advertencia compartida por otras organizaciones agrarias como ASAJA, COAG o UPA, que ya avisan del fin de la tregua del COVID19 y no descartan la vuelta de los rugidos de los tractores a las calles si no hay precios justos y las administraciones públicas, de Europa hacia abajo, no tienen en cuenta al campo.

“La cesta de la compra se está encareciendo y sin embargo los agricultores están percibiendo menos – insiste de las Heras-. Durante el estado de alarma provocado por la pandemia de coronavirus, frutas y hortalizas se han consumido igual y no se entiende que esos productos se hayan encarecido y que el agricultor perciba menos. La distribución hace lo que quiere. Hace falta una buena Ley de Cadena Alimentaria. Le estamos diciendo al Gobierno que esto no puede continuar así, que el campo se está arruinando. Algunos se lo están llevando crudo con nuestro sudor”, asevera.

Carrefour y Mercadona tienen prácticamente una posición de dominio”

El coordinador estatal de la Unión recuerda las enmiendas propuestas por las organizaciones agrarias para afrontar con urgencia la cadena alimentaria. No sólo para legislar un precio mínimo, sino para que se delimite la posición de dominio. “Carrefour y Mercadona tienen prácticamente una posición de dominio. No es libremercado, es un monopolio claro. Es urgente que la gran distribución sea vigilada con mayor escrúpulo”, asegura.

“Hacen falta medidas urgentes que no cuestan dinero para poner orden donde ahora solo hay caos de los que controlan los mercados. Falta voluntad política para adaptar la cadena alimentaria a los nuevos tiempos. Porque la Ley de Cadena Alimentaria está obsoleta”, reitera.

De las Heras señala que “antes de que comenzara la crisis sanitaria, quedó una situación pendiente con movilizaciones paralizadas. La situación era alarmante”. Y ofrece datos: “Según Eurostat, el campo español este año ha perdido un 8% de poder adquisitivo. A esto hay que agregar que estamos 25 puntos por debajo del conjunto de los sectores económicos. La situación del campo no es normal y Europa tiene que ver nuestra situación de una forma preocupante. Ya estábamos por debajo del conjunto de la economía”.

Se acabó la tregua del COVID: O hay precios justos o el campo volverá a movilizarse”

En las organizaciones agrarias no ocultan su descontento. “Se acabó tregua del COVID: O hay precios justos y se evitan recortes en la PAC, o el campo volverá a movilizarse”, titulaba ‘Agroinformación.com’ el pasado 1 de junio. “Las asociaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA no descartan retomar las movilizaciones y las tractoradas en enero y febrero si tras la desescalada de la crisis del COVID19 el agricultor no recibe un precio justo por sus productos, a lo que suman la preocupación por un posible recorte de las ayudas PAC”, añadía el medio especializado.

Este martes, 2 de junio, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, intervino en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que tiene lugar en el Congreso de los Diputados. Allí apeló a la unidad de las fuerzas políticas para resolver la crisis del campo: “Solo unidos y con precios justos saldremos de ésta”, aseguró. La organización agraria ha presentado más de 80 propuestas a los grupos, recogidas en siete grandes retos “para salvar al medio rural y fomentar un sistema agroalimentario fuerte y sostenible”: El reto de los mercados, “para que se paguen precios justos y se respeten las relaciones contractuales”; el reto generacional; el de la igualdad entre hombres y mujeres; y entre el mundo rural y el mundo urbano; el reto digital; el de la sostenibilidad “sin olvidarnos del gran desafío que supone el cambio climático”; y por último, el reto del empleo, “que afecta tanto a los hombres y mujeres, titulares y cotitulares de explotaciones, cuya situación laboral es equivalente a la de los autónomos; como a las personas que trabajan en las tareas agrícolas y ganaderas. Una realidad que también se ha puesto de manifiesto en los momentos más duros de la crisis, que coincidieron con el inicio de campañas en muchas producciones, y cuya gestión eficiente también ha sido decisiva para garantizar el abastecimiento alimentario”, señaló.

“Les pido unidad y compromiso con el futuro de una actividad que no solo nos afecta a nosotros, los agricultores y ganaderos, sino a toda la sociedad. Porque una agricultura familiar fuerte y rentable es la mejor garantía de futuro para el abastecimiento alimentario de toda la población. Y este gran reto no puede ser ajeno a la reconstrucción económica y social que estamos impulsando entre todos”, concluyó.